10 consejos para sobrevivir en una casa con tus roomies

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Vivir en una casa compartida tiene sus ventajas y desventajas, puede ser divertido y más económico, pero llegar a ser frustrante en igual medida. Sigue estos consejos para poner la balanza a tu favor.

1. Juega limpio

Si todos firman el contrato de arrendamiento, es claro que todos tendrán los mismos derechos, incluso si alguien va a pagar por una habitación más grande que la tuya (o si ese alguien eres tú). De igual forma, todo el mundo compartirá las mismas responsabilidades, todos deberán pagar su parte de la renta, realizar las tareas domésticas y cuidar la fianza.

2. Sé tu propio ayudante doméstico

Si generalmente eres un caos y no te importa comer en una sala desordenada o dormir en una habitación con ropa por doquier, la decisión de limpiar, o no, está en ti. Sin embargo, en áreas comunes esto no es una opción. Lo mejor en esos casos es crear una lista para repartir las tareas de la casa. Esto es muy útil para motivar a los menos entusiasmados con esta labor. La idea es que todos rindan cuentas. Si a ti no te gusta limpiar el refrigerador, pídele a alguien que lo haga por ti y ofrécete a hacer algo a cambio.

3. Platiquen sobre la comida

A algunos compañeros de casa les gusta compartir, otro prefieren conservar su privacidad. Una conversación previa sobre puntos básicos como la comida que se compartirá y la que no, puede ser bastante útil. Pongan límites claros desde el principio para evitar tensiones y leche derramada en el futuro.

4. Tus cosas ya no serán tu cosas

Tal vez tú hayas llevado el sofá pero la mesa de centro le pertenece a uno de tus compañeros. Si no quieres que él se siente en tu sillón, tampoco podrás poner tus vasos en su mesa. Es necesario que trates los objetos de todos con el mismo respeto para evitar cualquier tipo de tensión.

5. Respeta el silencio

Te sorprenderá lo lejos que viaja el ruido, sobre todo cuando hay más de un piso. Si tus compañeros de casa son estudiantes o trabajan hasta altas horas de la noche, serán más sensibles a los sonidos. Ante la eventualidad de paredes de papel, lo mejor es tratar sus tímpanos como si fueran los tuyos.

6. Avísales dónde estás

Todos tenemos días buenos y días malos, pero hasta ahora nadie es capaz de leer la mente. No dejes que los portazos, el ceño fruncido o una mala actitud den el mensaje equivocado. Cuando no estés de humor, discúlpate con todos y ve a donde tengas que estar para relajarte y mejorar tu ánimo.

7. No te preocupes por nimiedades

Compartir casa te ayudará a aprender habilidades para la vida, como la mediación grupal, mantener la calma bajo presión y, por supuesto, a ser más empático. Aprender a negociar los intereses de otras personas -dentro de lo razonable-, te hará un mejor compañero de piso y una mejor persona.

8. Crea una tradición

Pueden ser jueves de pizza o viernes de películas. Toda buena casa compartida tiene sus propios rituales. Compartir vivienda con otras personas no solo significa dormir bajo el mismo techo, sino también compartir proyectos, recuerdos y grandes momentos.

9. Hablen, dejen el celular a un lado

Las notas en pizarrones, o los mensajes pasivo agresivos en redes sociales solo empeoran las cosas. Si algo va mal, platícalo con la persona con la que tienes un conflicto, cara a cara. Tal vez ese alguien no ha identificado el motivo de tu enfado y no podrá corregirlo si no se lo dices con claridad. Hazlo tan pronto como puedas para evitar que el resentimiento siga creciendo.

10. Sal de tu zona de confort

Una de las principales ventajas de vivir en una casa compartida es conocer gente diferente e interesante. Haz un pequeño esfuerzo para aprender sobre sus perspectivas y sus diferentes estilos de vida. Esto te ayudará en la vida misma y, al mismo tiempo, a hacerla más fácil dentro de la casa.
                    

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